Esta nueva edición de Sociedad Hoy emerge desde diversos ángulos y discursos críticos, que tienen como escenario global los actuales procesos de profundización de la acumulación capitalista neoliberal, que impactan de diversas formas tanto los procesos productivos y materiales, así como también los discursos e ideologías que los legitiman y deslegitiman, generando así nuevas dinámicas de luchas por instaurar cambios sociales, políticos y ambientales en América Latina y Chile.
Una de las aristas de las luchas contemporáneas es precisamente el ámbito institucional de la definición de la reglas del juego para actuar o no actuar en defensa o en contra de las reglas que legitiman los actuales procesos de acumulación neoliberal. El amplio movimiento social estudiantil que surgió en 2011 en Chile es un claro ejemplo contra la acumulación y lucro en la educación. Este movimiento social sigue marcando la pauta de las acciones de protesta social, contra la cual las fuerzas reaccionarias y defensoras del status quo han tratado de levantar un manto de estigma y criminalización a través de una serie de arreglos legales e institucionales, que buscan abiertamente ilegalizar y criminalizar las legítimas protestas y demandas ciudadanas. En ese contexto se inscribe el primer artículo escrito por la joven investigadora Ana Bengoa, quien desde un prisma teórico filosófico focaliza su análisis en la violencia de Estado como ámbito contradictorio del ejercicio del poder. Desde la revisión de autores clásicos como T. Hobbes hasta autores contemporáneos como W. Benjamin, J. Derrida y M. Foucault, la autora esboza una crítica del derecho y los sujetos de derecho en el contexto del Leviatán hobbesiano. La discusión se concentra en torno a las contradicciones de lo jurídico y extra-jurídico, punto que en Benjamin reemerge como la violencia mítica y divina, y en Derrida a través de la idea de fuerza de ley como fundamento de sí misma, vale decir, una “violencia sin fundamento”. En Foucault estos mismos conceptos son reformulados a través de la puesta en relación de la violencia con las ideas de soberanía y gubernamentalidad, y vía Kafka, emergen algunas pistas para comprender procesos de instauración de “normas con fuerza de ley”, en el cual se entrelazan el ejercicio del poder de estado, la violencia y la lucha ideológica para (des)legitimar el orden imperante.
A través de la noción de “campo” de Pierre Bourdieu, la segunda contribución de Marcos Muñoz pone de relieve las luchas que se libran actualmente en el campo científico y político de las drogas. En una suerte de manifiesto sociológico, el artículo devela cómo los discursos médico-legales y político-ideológicos han dominado el campo de la drogas, legitimando las prácticas y discursos prohibicionistas que criminalizan el consumo y abordan la problemática desde el punto de vista médico-policial, como una enfermedad que debe ser erradicada de la sociedad, sin atender a sus matices culturales y sociales, incluso deslegitimando cualquier intento de construir una perspectiva culturalista, que se acerca a los discursos por la legalización, que a nivel mundial están emergiendo como alternativa viable para abordar de otro modo la cuestión de la droga. En este sentido, la sociología crítica tiene tradiciones de investigación que abordan la droga como una construcción social, que para el autor es una real alternativa epistemológica para investigar de otro modo la droga, disputando el campo científico y político a los discursos prohibicionistas.
Similar a la contribución de Ana Bengoa pero desde un punto de vista histórico, el artículo de Danny Monsalve realiza una lectura de la idea de “violencia política”, y cómo ésta se ejerció durante la dictadura de Pinochet. Aunque el autor no enfatiza los vínculos entre la dictadura y la instauración autoritaria del modelo de acumulación neoliberal, a través de su análisis emergen elementos interesantes para comprender detalles de cómo el aparato militar e ideológico de la dictadura, a través de decretos, leyes, la Constitución de 1980, etc., elaboró con ayuda de civiles los mecanismos jurídicos para justificar por un lado la persecución, tortura y asesinato de adversarios y, por otro, la instauración del régimen de acumulación neoliberal. Justamente, es dicho aparato jurídico-ideológico el que está siendo cuestionado por la sociedad chilena a través del movimiento estudiantil y otros movimientos sociales emergentes. Y como intenta mostrar Ana Bengoa, cuando grupos dominantes precursores del modelo neoliberal chileno están el poder, defendiendo desde el Estado dicho modelo de acumulación, los movimientos sociales de la sociedad que abogan por cambiarlo e instaurar una nueva legalidad, se tornan una especie de enemigo interno, una fuerza que hay que contener a través de la violencia. En este sentido, la lectura que hace Danny Monsalve sobre cómo el régimen cívico-militar de Pinochet persiguió a sus adversarios, es muy similar a cómo la derecha chilena actualmente en el poder está persiguiendo y desoyendo la crítica ciudadana al modelo de acumulación, tal como el prohibicionismo desoye la crítica social y culturalista de las drogas.
Como es sabido, entre la medidas materiales del modelo neoliberal de acumulación se encuentran la privatización de bienes y empresas públicas, así como también la desregulación y re-regulación flexible del mercado de trabajo, que en la práctica ha despojado de derechos esenciales a los trabajadores. La confluencia de la privatización o desnacionalización del cobre chileno –que Allende nacionalizó, Pinochet protegió y que comenzó a ser privatizado durante los últimos 25 años– junto con el nuevo régimen de flexibilidad laboral son los temas tratados por el artículo de Gerardo Hernández y Jorge Pavez. A través de un análisis del llamado “boom minero”, un eufemismo para nombrar la instalación de transnacio- nales mineras en el norte chileno desde la década de 1990 en adelante, los autores tematizan las consecuencias personales y familiares que tienen los sistemas flexibles de turno sobre los trabajadores de la minería en Chile. Se enfatizan las diferencias de género y clase, donde la mujer juega un rol secundario y los trabajadores de las empresas mineras se encuentran segmentados tanto a nivel de estratos directivos, profesionales, técnicos, etc., como a nivel de salarios y experiencias de vida, según se trabaje en empresas “mandantes” o “contratistas” en las cadenas de producción de la minería. Esta contribución es sugerente porque pone el acento en cómo los procesos globales de acumulación neoliberal impactan las formas de ordenamiento de las ciudades mineras, afectando las formas de estructuración de la vida cotidiana de trabajadores y trabajadoras de la minería en Chile.
Las últimas dos contribuciones tienen en común el hecho de utilizar como dis- positivos teóricos la emergente escuela de geografía crítica o ecología política, que basada principalmente en la obra de David Harvey, Neil Smith, Erik Swyngedouw entre otros, analizan los procesos de acumulación neoliberal a través de la natura- leza y medioambiente, desde la cual emerge la producción de espacios geográficos desiguales y luchas sociales contra dicha desigualdad. En el primer caso, Jodival da Costa utiliza la idea de escala geográfica como instrumento analítico para la comprensión de los procesos de acumulación de capital y “desmatamento” en la Amazonía oriental brasilera por parte de empresas mineras y de agro-negocios. En el segundo caso, Rafael Fernández utiliza como dispositivo conceptual la ecología política urbana y la idea de “espacio público verde” para analizar la desigual distribución de áreas verdes en Ciudad de México. Ambas contribuciones develan críticamente cómo los procesos de acumulación capitalista producen espacios geográficos de desarrollo desigual, generando por un lado un polo de acumulación para el capital, pero por otro lado un polo de despojo (dispossession) y empobrecimiento de las poblaciones locales, así como también la degradación del medioambiente.
Para el caso de la Amazonía brasilera, Jodival da Costa explora cómo a partir de la segunda mitad de siglo XX, especialmente durante la dictadura militar, la Amazonía comienza ser el blanco tanto del aparato de Estado como del capital transnacional, en vistas a producir un nuevo espacio geográfico influido por el mercado mundial y los discursos sobre el “medioambiente” posteriores a Río-92. No obstante, para al autor la idea de escala geográfica está siempre siendo re-significada por los actores envueltos en el juego de producción de la escala. Es así como junto con el discurso del desarrollo sustentable emergen ideas provenientes desde el capital que han permeado los municipios amazónicos a través de la idea de “municipios verdes”, generando nuevas dinámicas de lucha entre voces locales y fuerzas transnacionales que buscan estructurar el espacio geográfico amazónico, unos a través de la estrategia del lucro capitalista y otros a través de estrategias de conservación de la naturaleza.
Para el caso de Ciudad de México, Rafael Fernández da cuenta cómo fue Porfirio Díaz, en los albores del siglo XX, quien importó la idea de “Parques” desde Europa hacia la ciudad de México, en un esfuerzo por modernizar el país, lo cual tuvo como consecuencia la creación de los primeros parques urbanos dentro de dicha metrópolis. Con el tiempo, estos espacios verdes públicos han cobrado rele- vancia dada la densidad de población y contaminación urbana que tiene Ciudad de México. No obstante, durante los últimos años estos parques han sido objeto de privatización por parte del municipio, cuyo principal objetivo son proyectos in- mobiliarios que buscan construir casas de lujo al interior de estos bolsones verdes, en medio de un verdadero “leviatán urbano” como es la ciudad de México. Esta estrategia de acumulación del capital está siendo criticada por su sesgo de clase, porque estaría privatizando espacio verde colectivo, para favorecer la construcción de casas para clases acomodadas. Lo interesante de la contribución es que ofrece un método de análisis de mapas basado en Sistemas de Información Geográfica (SIG), enfatizando la desigual distribución de los espacios verdes en la ciudad. El punto central es develar cómo la privatización de este espacio público verde está exacerbando la desigualdad de acceso a la naturaleza urbana, y cómo ante este proceso de acumulación por despojo (Harvey) están emergiendo movimientos de protesta para proteger el espacio público verde del lucro capitalista.
Así, desde la materialidad misma de la naturaleza amazónica y ambientes urbanos de Ciudad de México, pasando por la instauración de la ideología y práctica neoliberal en el Chile de la dictadura y post-dictadura, las contribuciones de este nuevo número de Sociedad Hoy despliegan una ciencia social crítica ante esta nueva coyuntura histórica, en la cual se hace cada vez más evidente la deslegitimación del modo de acumulación neoliberal por parte de la sociedad, ya que éste produce una profunda desigualdad social y pérdida de derechos básicos para los trabajado- res, así como también la degradación y destrucción de la naturaleza.
Esperamos que los artículos sirvan para alimentar los actuales debates, animan- do a que investigadores e investigadoras se sumen a la construcción de investigación social crítica de los procesos globales y locales en curso.