El cierre de escuelas municipales rurales es un fenómeno que comienza a hacerse evidente en los últimos años en nuestro país. Las estadísticas oficiales publicadas por el Ministerio de Educación muestran que entre el año 2001, de un total de 3.828 establecimientos rurales de dependencia municipal, éstos disminuyen en 477 para el año 2009. Pero es durante el año 2010, posterior al desastre del 27/F, cuando el cierre de escuelas rurales comienza a ser visibilizado con mayor fuerza como un fenómeno significativo, planteándose incluso como una oportunidad para hacer mejoras (Elacqua, Santos, Salazar, 2010). De este modo, el cierre y fusión de escuelas municipales rurales deja de constituir un conjunto de decisiones aisladas. Por una parte, estas escuelas cuentan con una matrícula reducida y, por otra, se plantea la mala calidad de la educación impartida, considerándose como indicador los bajos puntajes obtenidos en el SIMCE. Así, cerrar estos establecimientos aparece dentro del discurso oficial como una decisión que se ajusta plenamente a un criterio de racionalización de los recursos.
La escuela rural ocupa en América Latina un rol central (Filgueira, 2007), siendo un motor importante para el desarrollo de la cohesión social, considerada necesaria para el funcionamiento de las sociedades democráticas.
Según la CEPAL, cohesión social “se refiere tanto a la eficacia de los mecanismos instituidos de inclusión social como a los comportamientos y valoraciones de los sujetos que forman parte de la sociedad. Los mecanismos incluyen, entre otros, el empleo, los sistemas educacionales, la titularidad de derechos y las políticas de fomento de la equidad, el bienestar y la protección social” (CEPAL, 2007, p. 17). La educación facilita la cooperación social y refuerza los contratos entre los individuos; encontrándose alta correlación entre la cohesión, la confianza y la educación (Cox y Schwartzman, 2009).
El cierre masivo de escuelas rurales en nuestro país hace que el estudio de sus consecuencias a nivel comunitario sea de suma relevancia, puesto que permite conocer de qué maneras su cierre afecta la cohesión social. De este modo, se planteó como objetivo comprender y analizar los procesos psicosociales que emergen a nivel de comunidad local y escolar, cuando se cierra o fusiona la escuela municipal de una localidad rural, y en particular las formas en que los cierres son experimentados por las comunidades.