Las pervivencias del golpe de estado de 1973 en Chile, así como de las memorias que han antagoni- zado con sus resultados, están relacionadas con determinados desarrollos de las Ciencias Humanas; en su versión hegemónica, éstas han analizado a la dictadura chilena como una excepción histórica. Por contraste, cierta historiografía contra-hegemónica ha demostrado la íntima relación entre la dictadura y la democracia chilenas, descubriendo en tal relación la base de un dispositivo para la contención de la soberanía y el poder popular. Las tesis del golpe como excepción a la institucionalidad jurídica develan un sistema político que pretende inmunizar a la sociedad chilena de su violencia presunta mediante otra violencia jurídicamente administrada, obstruyendo así las fuerzas de la vida en común, aunque sin lograr la invisibilización de una huella de ruptura democrática que aquí nombramos como mariateguista-libertaria.